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22 junio 2014

Mis orígenes, raíces y sustento


La entrada del Sol en el signo de Cáncer propicia a lo largo de las próximas semanas el poder investigar acerca de nuestro origen. ¿Cuál es mi origen? ¿De dónde vengo?
Encontrar mis raíces favorece mi asentamiento aquí y ahora, sea cuál sea la situación en la que me encuentro, de estabilidad o de cambio, o entre ambas. Celebramos el Solsticio de verano y mirando al Cielo, contemplando la posición de los astros. Mi sentir se fija en el trígono que forma el Sol entrando en Cáncer con Neptuno, situado en Piscis. Un cabo idóneo para empezar a desenredar la madeja, por ejemplo. Sin perder de vista el triángulo que forman Marte en Libra, Plutón en Capricornio y Urano en Aries, todos signos de la Cruz Cardinal; ni el de la Luna en Aries con Mercurio en Géminis, y caminando hacia el del Sol.
Tal vez porque Saturno en su tránsito toca a mi propia Luna natal resuena este movimiento planetario del momento. ¿Qué me sustenta y fortalece? ¿Dónde está? ¿Qué es? ¿Encuentro este sustento en mi interior, y no sólo en el exterior? ¿Las relaciones con la familia, con los allegados familiares más próximos, sustentan y nutren mi vida?




Centrándome en este último interrogante, por mi parte, doy gracias y puedo celebrar esta Comunión familiar, reflejo de la Unidad y Comunión como Raza Humana, como parte del gran Corazón vibratorio de la Raza Humana.
Hace unas semanas escribí sobre Saturno y he experimentado desde entonces esas cualidades saturninas: amor incondicional, poder creativo y sabiduría, se han manifestado en mi vida, precisamente por ese contacto de Saturno en su tránsito con mi Sol y mi Luna. ¡Así es Saturno!

Cada uno de nosotros estamos conectados a este Corazón que palpita sostenido por la Vida, por la Divinidad y la Inteligencia Divina. Nuestro canal de conexión permite la regeneración y el sustento siempre y cuando lo necesitemos, y siempre y cuando no pongamos trabas que interrumpan este flujo, y permanezcamos abiertos y receptivos. Este trígono Sol-Neptuno me recuerda la Comunión, la Unidad. Mi familia celestial. Sin embargo, la energía de Cáncer me ancla aquí en la tierra sintiendo las raíces de mi familia como Ser Humano.
Unas semanas adecuadas para recordar a nuestros ancestros y honrarles, para recordarles y liberarnos y liberarles, para perdonarnos y perdonarles, para recoger su herencia agradecimiento, para contribuir a la sanación de las heridas de los arquetipos familiares que compartimos en el árbol común y que fluyen por las diferentes ramas que lo componen.


Toda la Cruz Cardinal está activa entonces. Los cuatro elementos. Como una copa vacía puedo recibir en plenitud estas energías del momento. El fuego de Aries, el agua de Cáncer, el aire de Libra y la Tierra de Capricornio. Urano, Sol, Marte y Plutón. Cambio y renovación. Creatividad y Luz. Fuerza y propósito. Transformación y profundización. Ímpetu y valor, iniciativa y entusiasmo. Ternura y Comprensión, empatía y sentido protector. Equilibrio y armonía, colaboración y belleza. Concreción y fortaleza, humildad y paciencia.

¿De dónde vengo? ¿Cuál es mi origen? Miro al Cielo, miro a la Tierra. Y Cáncer me recuerda: “permanece receptivo”.
Permanecer receptivo implica vaciarme de todo aquello que ya, hoy, ahora, me estorba. Interior y exterior. ¡Este es un buen trabajo para las próximas semanas! A su paso por Cáncer el Sol nos irá orientando según se vaya encontrado con Saturno en Escorpio y con Plutón en Cáncer.

Mientras tanto, recordar que soy nutrida constantemente, que mi vida es sostenida constantemente, por las energías del Cielo y de la Tierra, siempre. Vuelvo a Neptuno, y me recuerda ese suave cordón invisible de luz amorosa que me conecta con la Fuente.
 Como al cangrejo, todas las direcciones me están permitidas para experimentar y descubrirme en esta etapa en la que estoy aquí y ahora.

Hoy me identifico completamente con la figura del Cangrejo, que representa a Cáncer. El caparazón es como mi estructura ósea,  mi vehículo, mi cuerpo físico, en él recibo el fuego del Espíritu, y en él viajo por el planeta.

Con Cáncer es desde el sentir, todo desde el sentir, atreviéndonos a sentir, escuchar qué sentimos, ver con lo que sentimos, ir más allá a través de nuestro sentir. Sentir un color, sentir un aroma, sentir un sonido, sentir un sabor. Todos lo hemos hecho, tal vez sin darnos cuenta, sin ser conscientes de las sensaciones de este "sentir".



Por cierto, ya no se encontrarán el Sol y Júpiter en Cáncer este año, será en Leo. Pero esa es otra aventura del sentir.

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