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03 febrero 2014

La responsabilidad y el coraje en la expresión del Amor


En la Escuela Huber aprendemos a entrar en el significado de los aspectos astrológicos a través de la psicología del color. El otro día busqué en mi biblioteca el libro de El pecado de Cluny Brown, novela llevada a la pantalla en los años 40, y ojeé sus páginas porque es una historia muy reveladora para el espíritu.


Este pasaje que extraigo ahora de la novela de Margery Sharp  para compartir me trajo la imagen del Quincuncio a mi mente. Por cierto, esta autora nació bajo el signo de Acuario, y ahora estamos inmersos en esta energía acuariana, y en Cluny Brown podemos encontrar innumerables rasgos de ella.


"El quincuncio indica un esfuerzo de nuestra conciencia por expandirse y alcanzar alguna meta: la aspiración por conseguir un determinado conocimiento o por tener alguna determinada experiencia.


(...) Pero el quincuncio sólo se convierte en un factor formador de voluntad cuando se decide por un objetivo concreto."

(Astrología de la figura de aspectos, Editorial API).


Margery Sharp presenta en su carta astral un Quincuncio del Sol con Neptuno.
En este párrafo (más abajo) no puedo dejar de ver una figura Tricolor: tensión, duda y, finalmente, armonización (rojo, verde y azul).



Aunque en numerosas ocasiones he escrito reflexiones acerca del Amor, ahora más que nunca que se acerca la fiesta de San Valentín, parece que los querubines, ángeles y otros pequeños seres mágicos llenos de chispa y ternura nos llevan en dulce sincronía, nos acercan, a todo aquello que pueda curar, elevar y nutrir el CORAZÓN. A todo aquello que nos pueda llevar a lo más profundo del significado de lo que llamamos Amor, a lo ESENCIAL.

Amor romántico, amor transcendental, en todo caso, siempre nos transforma.


Ved como nos lo narra la autora inglesa:



"Cluny continuó DUDANDO. Era, aunque ella no se diese cuenta, un momento de prueba; pero mientras permanecía allí sentada, con su mano en la de Belinski, la extraña corriente que fluía entre ellos pareció hacerse más fuerte aún si cabe, llenándola de CONFIANZA y de BONDAD. No podía irse y dejar al tío Arn de aquella manera. No iba a empezar su nueva vida huyendo de la primera dificultad que se le presentase. Era mejor ACEPTAR las cosas como venían y tratar de resolverlas lo mejor que pudiese, y (si estaba en su mano) dejar al tío Arn con la sensación del deber cumplido hasta el fin.

- Iremos a String Street -dijo Cluny con un largo suspiro-. No será tan malo, después de todo. Me atrevería a decir que hasta nos divertiremos.
(...)
- Tú eres mi valiente amor -dijo Belinski-. Estoy viendo todo el bien que puedes hacerme."



Si aún no habéis visto la película, os animo ya a ver la adaptación cinematográfica de esta encantadora novela, la igualmente entrañable comedia dirigida por Ernst Lubitsch (Acuario) en 1947 y protagonizada por Jennifer Jones (Piscis) y Charles Boyer (Virgo).






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