Pues sí,
queridos amigos, esta Navidad, una vez más, se han reunido todos nuestros
planetas del Sistema Solar para cantarnos un villancico al unísono que nos trae
vibraciones únicas y espaciales con las que podemos armonizarnos y
beneficiarnos.
Sí, has leído
bien, beneficiarnos, a pesar de los momentos de cambios y pasajes más
dificultosos que unos y otros vamos viviendo en determinadas etapas como
integrantes de sociedades que actualmente parecen desbaratarse a la vez que
fluyen y se van construyendo estructuras nuevas, pequeñas aún, pero renovadas.
El día 21
celebramos en el Hemisferio Norte el Solsticio de Invierno, inversamente en el
Hemisferio Sur, donde celebran el de Verano. El ritmo de la música que se oye en
ese momento es profundo, muy físico, de tierra, sonoro, y a la vez eléctrico y
emotivo. Cambiar, transformar, romper, cortar, avanzar, limpiar, depurar,
liberar, construir.
Lo primero,
deciros que podemos salir de nuestro triste sentimiento de soledad y desear
unirnos a otras personas para compartir, podemos estar todo lo aislados que
queramos, puesto que cada uno de nosotros ha de asumir este sentimiento de
aislamiento por el que sabemos que somos distintos y únicos, pero no diferentes
y separados, aislamiento que nos hace recibir a cada uno nuestra dosis
particular de creatividad para disfrutarla y para compartirla. Pero no estamos
tristemente solos, porque elegimos el Amor, abramos el corazón. Por supuesto,
nadie vendrá a salvarnos porque ya no somos niños pequeñines, esto es así, ¿verdad?,
con lo cual nosotros hemos de ocuparnos de nosotros mismos, cada uno de sí
mismo, y además podemos todos juntos colaborar para crear una realidad cada día
más humana, conectando cada uno para ello con nuestra esencia humana,
precisamente. La etimología de la palabra “humano” resulta que proviene del
latín humus, tierra, esta Tierra en
la que habitamos y que nos cobija y con quien hemos de estar conectados,
agradeciéndole sus dones: ¡te damos gracias, Madre Tierra!, y a la que también
actualmente hemos de cuidar nosotros.
Quiero mencionar
al titán Prometeo, que etimológicamente quiere decir “el que piensa con
anticipación”, como estoy haciendo yo ahora mismo al mirar la carta astral del
día 24 de diciembre de este año 2012, animada por una visión
astrológica-intuitiva del cielo. El mito de Prometeo es algo confuso y
contradictorio según las fuentes y las épocas. Nos queda entera la obra Teogonía de Hesíodo, del siglo VIII a.C.,
aunque también Esquilo da su versión de Prometeo, hacia el año 560 a .C., y Platón en su
diálogo Protágoras. En todas ellas,
de todos modos, parece que
mitológicamente debemos a Prometeo la existencia y la protección.
¿Y qué podemos
hacer con nuestras vidas creadas por los “dioses” en estas fechas que propician
los encuentros y que en nuestras sociedades ocupan un lugar importante, sonoro,
vibrante?
¿Qué nos
proponen los astros para la
Nochebuena ?
Mis ojos se
posan en Júpiter, que se sitúa en Géminis, único planeta en signo de Aire para
esta Nochebuena. Punto focal del Yod o Dedo del Destino. Hablar de Júpiter es
hablar de Zeus, hablar de la creación.
Aunque sea
simbólicamente, pero parece que siempre hubo una visión de un Creador y
Protector del Hombre en particular. Como decía el Salmo 17:18 “Guárdame como a la niña de tus ojos, cobíjame
bajo tus alas”. Y en Deuteronomio
32:10: “Lo encontró en tierra
desierta, en la horrenda soledad de un desierto; lo cubrió, lo alimentó, cuidó
de él como a la niña de sus ojos. Como un águila cubre a sus polluelos, y
revolotea sobre ellos, así él extendió sus alas y lo tomó y lo llevó sobre sus
plumas.”
Tal vez sea esta
parte de la canción del Niño de Belén cuyo nacimiento vamos a conmemorar y con
él podemos trasladarnos a esa vida sencilla que escogió, a la humildad y
pequeñez, al anonimato, al silencio, la pobreza que es el “vacío” y la
liberación de todo lo que me puede estorbar. Pero allí estaba la Estrella Guía de los
Magos, y los pastores abstraídos por la belleza y los cantos del Cielo. También
nosotros podemos cantar y orar y sentirnos igual de mimados, acompañados y, con
esa fuerza, mimar a las personas y seres que más lo necesitan, sobre todo las que
están a nuestro lado.
Porque la
energía del Uno ha creado tanto belleza con propósito, hay un plan Divino de
Amor y de Gracia, y todos estamos implicados.
¿Preparados para
seguir sintonizando? Inspira hondo, mantén un instante la respiración y expira
profundamente, vacíate de todo lo que te preocupa u ocupa. Este es un momento
para la relajación y la activación de nuevas fuerzas que desean llegar a
nosotros, porque en definitiva, depende mucho de nosotros, de nuestra actitud,
de la selección de pensamientos, de la relación con nuestras emociones y el
trabajo que hacemos en definitiva, con todo el potencial que traemos. Y
recuerda, una vez más, insisto, no estamos solos, ¡abre el corazón! Acoge, sal
al encuentro, recibe, comparte.
Al fin y al cabo,
la Luna en Tauro
y sus aspectos nos piden centrarnos en la materia, en lo práctico, en el
cuerpo, en lo físico unido a lo espiritual, a lo poético. Podemos unir cielo y
tierra, materia y espíritu y sintonizar con nuestras emociones a la vez que
procuramos ser empáticos con los demás, ponernos en su lugar para saber cómo
ayudarles y entenderles.
Es momento de
cambios y transformación, estamos aprendiendo y podemos cortar con aquello que
nos resulta un lastre para avanzar, es momento para renovar a la vez que
podemos también ser conservadores, hemos de hacer elecciones al respecto,
escoger lo que me sustenta, me da firmeza y me arraiga, sin perder la conexión
con lo Divino que me eleva y me ayuda a superarme y a ser y a dar lo mejor de
mí mismo. La fuerza está ahí, sólo he de ser consciente de ella, pedirla,
soñarla, respirarla. Cada palabra que emite mi corazón pidiendo, suplicando,
creando, tiene una sustancia propia que en el mundo de las formas se va
manifestando, es sólo cuestión de tiempo, todo se alcanza, todo llega.
Sin ser ilusos,
insustanciales, evitando la dispersión y la superficialidad tanto como la vanidad,
mente y corazón al unísono, es tiempo de construir y materializar.
Con este Sol en
Capricornio centrémonos en la energía de su don “Integridad Personal”, y en su
contacto con Urano estos días recordemos el don de Acuario “el Servicio”. Pero en este día de Noche Buena con la Luna en Tauro su don es "Desprendimiento". (Dane Rudhyar, Triptyque astrologique).
Tal vez estas
sean suficientes pistas para irnos preparando para decir adiós a este año 2012 e ir
acogiendo el siguiente ciclo. El día 28 habrá Luna Llena y tendremos más pistas
de los Astros, nuestros amigos.
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