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24 diciembre 2011

Sol en Capricornio - Luna Nueva 24 diciembre 2011

24 de diciembre de 2011 – Madrid

Luna Nueva- Símbolos Sabianos - Nochebuena

Luna Nueva a 2º en el signo de Capricornio – conjunción con Plutón en tránsito. Fuego, tierra, aire y agua, los cuatro elementos están activados, especialmente la tierra y el aire.

En el libro de Dane Rudhyar Un mandala astrológico se describen los símbolos sabianos, y el grado 2 de Capricornio tiene esta correspondencia:

   “Tres rosetones en una iglesia gótica, uno de ellos dañado por la guerra”.

Y como nota clave se añade: “La necesaria concienciación de cualquier individuo que haga un uso violento del poder colectivo, que conducirá a la inevitable destrucción de algunos de los valores que aseguran la integración del grupo”.

Puesto que estas fiestas navideñas están tan arraigadas en casi todo el planeta, y aunque muchos no las celebran en cuanto a su aspecto religioso, sí se unen a su aspecto social, familiar e, inevitablemente, comercial, este día de hoy, 24 de diciembre, lo que supone un aumento de reuniones y encuentros entre miembros de las familias.

Es inspirador reflexionar sobre estas frases del libro de D. Rudhyar e integrar su gran significado para activarlo en nuestras vidas, e incluso para aprovechar un día como hoy tan energético y que desde nuestros corazones deseemos manifestar y que se manifieste en el planeta, un mayor respeto de los valores básicos que sostienen las culturas y favorecen una convivencia en paz, en armonía para lo cual uno de los fundamentos más preciados es la solidaridad que nace de una mente despierta y activada por un corazón que se deja guiar por el amor y la caridad. Cada miembro de un grupo, si se siente realmente incorporado al mismo por lazos comunes, vivirá con sensación interna de felicidad, y ello repercutirá a su vez en beneficio del grupo, pues se produce una retroalimentación mutua y constante.
 
El Sol ha entrado en el signo de tierra de Capricornio y durante las próximas semanas tenemos la oportunidad de ir integrando sus VALORES principales, aquellos que son propios de este signo y de su planeta regente, Saturno. Iremos entrando en detalles poco a poco, para ir asumiéndolos en nuestra vida cotidiana, vivirlos, manifestarlos.

Después del recorrido del Sol por el expansivo signo de Sagitario buscando ampliar su horizonte, la sabiduría interior, encontrar sentido a la propia vida y existencia, conociendo para ello e interactuando con personas de otras culturas, otros pueblos, otros países, abriendo la mente, practicando la benevolencia, la generosidad y enseñando a unos y a otros todo lo recogido en sus aventuras y estudios, el Sol, símbolo del arquetipo de héroe interior que todos llevamos dentro, llega al signo de Capricornio y se encuentra con fuerzas de contracción. Este signo le invita a seguir profundizando en un ambiente mucho más sobrio, equilibrando  y soltando excesos que haya podido ir acumulando. Tal vez exceso de orgullo debido a los conocimientos, tal vez un exceso de vida social y relaciones que interfieren para poder captar realmente lo importante y esencial, distraídos por la fama y el lujo, tal vez un exceso de confianza y optimismo exacerbado que no logran realmente materializar obras sólidas para beneficio de todos, tal vez un exceso de placer y complacencia que sólo satisfacen los propios intereses, tal vez un exceso de peso corporal llevado por la gula.

Capricornio aporta una energía de disciplina, un sentido de responsabilidad, de orden, una capacidad para trabajar en serio y en la soledad concienzudamente, y así poder realmente construir y producir obras que favorezcan y protejan sobre todo a los más necesitados y desvalidos. Es tiempo para integrar la humildad, las dificultades, los retrasos, los inconvenientes que irán fortaleciendo el carácter y afianzando la personalidad en los valores más necesarios y que realmente prevalecen con el paso del tiempo. El tiempo y las limitaciones han de ser superados precisamente para que la personalidad desarrolle una confianza interna que no estará basada en la adulación y en el aplauso exterior, sino en el convencimiento de que uno, con sus dones y talentos, perseverando es capaz de salir adelante y ayudar a salir adelante a aquellos que ama y con quienes y por quienes lucha por y para el bienestar común. Se busca la perfección, y en este trabajo interior y exterior se ha de considerar lo que sobra, lo que es superfluo, los límites y las formas aliadas en la conquista y la labor de llegar a alcanzar la perfección. Se han superado los intereses meramente personales, se han superado las tentaciones de creer formar parte de una sociedad que falsamente homenajea pero que sólo aporta un placer efímero. Ahora se trabaja más allá de uno mismo, más allá de lo social. El motor es alcanzar una meta espiritual, transpersonal, trascender el mundo de la materia, que se siente, con la que se trabaja, pero la meta es ir más lejos, y el premio, algo tan maravilloso como sentirse satisfecho y en paz por el empeño y la energía que, gota a gota, se ha ido distribuyendo en los continuos esfuerzos del día a día. El alma sabe que, a pesar de la soledad que vive y siente, no está sola, que en algún momento será visitada por el soplo del espíritu y podrá de nuevo vivir la unión, la fusión; sabe que pertenece a algo más grande que va más allá del mundo de las aparentes formas, de lo tangible, al Todo. La sabiduría que se va alcanzando infunde al alma en su soledad aceptada la serenidad y la alegría interior, porque, desprendiéndose de la vanidad, se ha experimentado la presencia del sublime Espíritu que nos integra en el Uno.

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